Mientras que la primera parte de este informe, se escribía en el inicio de los meses fuertes en cuanto a eventos de historietas se refiere esta segunda parte es casi una posta en el camino a Comicópolis, el Festival Internacional de Historietas en Tecnópolis, que este año celebrará su tercera edición entre el 17 y el 20 de Septiembre. Si bien, el lugar -para qué mentir- está algo a trasmano, pensamos que vale la pena ir, en especial por los artistas invitados que estarán en el evento. De todos, nos quedamos con tres, por el simple hecho que que son los más cercanos a nuestras afinidades y gustos, hablamos de Howard Chaykin -creador del inoxidable Cody Starbuck-, Domingo Mandrafina -responsable de la faz gráfica de Savarese, Morgan, Cosecha Verde, El condenado y los Fratelli Centobuchi– y, en especial, José Muñoz -uno de los creadores de Precinto 56 y Alack Sinner y, tal vez, la mejor expresión de una generación de artistas argentinos destinados a revolucionar la historieta mundial-.
Los nuevos lanzamientos son muchos, casi que podríamos hablar de una fiebre editora, por lo que continuamos con la recomendación de algunas obras de calidad para el lector de historietas.
Uno de los hechos más llamativos es que las dos obras cumbres de Ricardo Barreiro, Ciudad y Parque Chas han vuelto a circular. Si bien, ambas obras podían encontrarse sin demasiado esfuerzo, las nuevas ediciones son una buena oportunidad para revisarlas.
Ciudad, fue escrita para el pincel de Juan Giménez, cuando ambos autores ya se encontraban radicados en Europa a fines de los ’70. La historia significó para Giménez su despedida del dibujo en blanco y negro -al que sólo volverá en una ocasión-, justo antes de su pase definitivo a trabajar en color directo con la siguiente obra que la dupla haría en conjunto, La estrella negra.
El planteo argumental es impecable, el mecanismo perfecto de la aventura. La Ciudad es infinita y en ella conviven todas las realidades posibles, todas las pesadillas y todas fantasías del hombre. Allí, Jean y Karen, son náufragos que luchan por sobrevivir y mantener su humanidad. Entre muchos puntos altos, se destaca el desenlace, con Juan Salvo, el Eternauta, como invitado, dando cierre a una historia imposible.
El libro es una publicación conjunta de Historieteca y Doedytores, y tiene como atractivo que las 5 páginas iniciales del quinto capítulo -llamado Metro a ninguna parte– fueron coloreadas por Giménez, para un proyecto de edición a todo color en Europa que quedó trunco. Este agregado color hace al libro, de alguna manera, diferente con respecto al que hace más de 20 años publicó Ediciones de la Urraca. Falta agregar que hubo una segunda parte de la historia, titulada Ciudad II, esta vez con dibujos de García Durán.
Barreiro regresó a la Argentina con el retorno de la democracia, y fue el guionista con más presencia en la primera época de Fierro. En ese tiempo, escribió Parque Chas, para el arte de Eduardo Risso. Un poco más tarde, la dupla reincidió en Parque Chas II. Ahora, las dos historias fueron reunidas en un tomo integral.
Hay ciertos paralelismos entre ambas obras de Barreiro, sólo que en Parche Chas el paraje infinito de la Ciudad se circunscribe al ámbito local del laberíntico barrio porteño de Buenos Aires. Esto le da a la obra un color e idiosincrasia muy cercana a nosotros como lectores, así personajes de la realidad, como Jorge Luis Borges, Alejandro Dolina, Diego Maradona, y hasta Bo Derek, se mezclan con otros de fantasía, como el omnipresente Juan Salvo, el aventurero Corto Maltés e, incluso, el temido Cuco. En las calles de Parque Chas todo es posible, hasta ser la cabeza de playa de una invasión extraterrestre… Se puede decir que Barreiro, intentó -y logró- su propio Eternauta, donde el protagonista es su álter ego, un escritor de historietas que se ve inmerso en circunstancias extraordinarias que lo envuelven y obligan a pasar a la acción, es decir, a la aventura. En el camino, encontrará el amor en la sensual Aitana…
La segunda parte de la historia sigue los caminos habituales de todas las continuaciones que Barreiro escribió, centrada, por sobretodo, en la peripecia y la acción incesante. Casi una celebración de la aventura, pero que deja de lado, el costumbrismo que impregnaba a la primera parte.
El libro corre por cuenta de Puro Comic Ediciones y es, por lejos, superior a los que circularon algunos años atrás, cuando la imprenta quemó los grises del dibujo de Risso -esenciales para el tono de la historia-. La nueva edición, por el contrario, los respeta a rajatabla. Tal vez, lo único que desluce un poco es el re-letreado digital que hicieron en la primera parte en comparación con el letreado manual de la segunda, por cierto, un detalle menor.
Al igual que su compañero de equipo durante este año, Juan Giménez pudo ver su trabajo publicado por partida doble, pues también hay una nueva edición de Basura, una de las pocas obras que el mendocino realizó con Carlos Trillo.
La historieta representa para Giménez su único regreso al dibujo en blanco y negro desde la ya mencionada Ciudad. Este regreso no es completo, Basura fue dibujada a todo color para Europa, esa es la versión que, por ejemplo, se publicó en la española Zona 84. Por esos años, la revista Fierro había perdido todos sus pliegos color, por lo que Giménez, produjo una versión en blanco y negro a puro rotring, calcando su propio trazo sobre las hojas ya coloreadas. El resultado es peculiar, las páginas están llenas de detalles, un trabajo de línea con poca modulación pero impactante en su complejidad.
El argumento de Basura, se enrola en la ciencia ficción de moda en los ya lejanos años ’80, un futuro distópico de tintes post-apocalípticos, que sirve a los autores para mostrar la desigualdad del mundo, donde unos pocos viven en el lujo total a costa del sufrimiento y la pobreza de muchos. La historia termina donde realmente empieza, cuando los protagonistas se dan cuenta que la única respuesta posible es luchar contra las fuentes de dominación. Cómo llegan a esa conclusión, es lo que Trillo nos cuenta.
El libro forma parte de la Colección Charquito, publicado en conjunto por Loco Rabia y Grupo Belerofonte. En importante destacar el valor intrínseco de esta colección, que en estos últimos años puso al alcance de los lectores mucho material de calidad, historietas clásicas de los ’90, como Acero Líquido, de Mazzitelli y Alcatena, o el monográfico dedicado a Alberto Saichan, además de historias nuevas, como Grosso Mal, de Ernán Ciriani, o Causas Perdidas, de Federico Baert, Carlos Aon y Lara Lee.
La edición es correcta, aunque pequeña -15,5 x 23 cm.-, y el rotulado es de lo mejor que se ha visto en mucho tiempo. Tal vez un poco más de contraste hubiese tratado mejor a la impresión, que salió tramada.
Alejandro Schmied, es la mano detrás de Tren en movimiento, una editorial independiente que trabaja sobre la narrativa, el ensayo y el arte gráfico, donde destacan sus libros de influencia anarkopunk, como Punk rock, anarquía y tinta china y Punk y sus derivados, ambos de Max Vadalá, y los que trabajan sobre el consumo de masas y las literaturas marginales, como los exhaustivos Revistas argentinas de ciencia ficción y La editorial Tor, ambos de Carlos Abraham. Desde hace ya un tiempo, Tren en Movimiento también publica libros de historieta, y su línea editorial guarda una estrecha relación con unos de los colectivos artísticos más famosos durante los ’90, El Tripero, la publicación de los ex-alumnos de Alberto Breccia.
La mayor novedad es que pronto -si no, ya- vamos a tener un nuevo número de El Tripero, que luego del 0, el 1, el 13, el 7, el 2000, el 5761, y el 7 -por segunda vez-, ahora aparece con el número 20. Es una antología de 120 páginas en formato grande -23×31 cm.-, con un insert desplegable, que vuelve a reunir a Marcelo Alzetta, Tomás Argüello, Julián D’Angiolillo, María Delia Lozupone, Lautaro Fiszman, Ezequiel Garcia, Mariano Grassi, Didi Grau, Daniela Kantor, Sandra Beatriz Lavandeira, Christian Montenegro, Teresa Orelle, Frank Vega y el inefable José Muñoz, a quien nombrásemos más arriba. La tradición de este colectivo siempre se centró en materiales experimentales destinados a un público lector que busca algo más atípico, al principio estuvieron emparentados al universo ‘brecciano’ del claroscuro, es decir, un expresionismo de luces y sombras con una tendencia ‘feísta’. A más de 20 años de la desaparición del viejo Breccia, esto artistas han encontrado su voz propia, sin dejar de lado la búsqueda y la experimentación. Desde acá, esperamos con ansias lo que tienen para decir esta vez.
Frank Vega, es tal vez, el artista artista más descollante de toda esta camada de artistas. Desde aquella primitiva Hemoplagia, donde un extraño Guasón se transformaba en un atormentado Robin, al fundacional Huevito, cuando comienza a perfilar la búsqueda estética de su actual estilo de dibujo, Vega es una muestra constante de talento. Su blog personal es algo para no perderse, y el título del mismo da nombre a su primer libro, Mortadelas Salvajes. La edición recopila su trabajo para la segunda época de Fierro, para la cual produjo 3 tiras, Kiosco Carucha’s; Plutonio, El sapo karateca; y el descomunal Pititi. La edición es atípica, pocas hojas -48 páginas-, y en un formato extraño -15 x 30 cm.-, pero que permite el lucimiento de las tiras. Hay además 12 tiras inéditas de Pititi que, como siempre, hace gala de una cultura de la autodestrucción sin límites.
Barro y Sangre, reúne las historietas dibujadas por Lautaro Fiszman, a lo largo de estos últimos 15 años. Algunas de ellas ya habían han sido publicadas con anterioridad, pero son las menos y, en su mayoría, en el exterior.
El trazo de Fiszman, plástico y expresivo, mezcla influencias clásicas y pictóricas, en un combo muy atractivo. Lo mejor de él se ve en las historietas a color, que son impactantes. Por suerte, las que son en blanco y negro, no se quedan atrás. La edición es buena, 80 páginas en formato grande -22 x 30 cm.-, algo no muy común en el actual medio de la historieta en nuestro país, y permite el lucimiento del dibujo.
Todas las historias tienen a la guerra como trasfondo, que funciona como un vehículo para mostrar el horror y el espanto que los seres humanos están sometidos durante los tiempos de confrontación armada. Los historias son adaptaciones de cuentos de Ambrose Bierce, Simja Sneh, Josep Bau y Leon Bloy. Hay, también, una versión de un capítulo de Ernie Pike, El Senegalés, de Héctor Germán Oesterheld y Hugo Pratt, además de guiones originales de Mariano Buscaglia y Alejandro Cohen Arazi.
Ezequiel Garcia, además de pertenecer a El Tripero, forma parte de Un faulduo, un colectivo de investigación y experimentación alrededor del campo de la historieta, cuyos otros integrantes son Nicolás Daniluk, Nicolás Moguilevsky y Nicolás Zukerfeld. El grupo explora la relación entre la historieta y las artes visuales, parte de esa experimentación se plasma en una revista homónima, que ya lleva 10 números y tiene un sistema de rotación de directores (S.R.D.), donde cada número es dirigido por un miembro diferente del colectivo.
La experimentación total hace que la única constante en la revista sean los cambios de formatos, de contenidos, de técnicas, de propuestas. Ningún número de Un faulduo se parece a los anteriores. Esto, por supuesto, arroja dificultades en el abordaje de la publicación. Es un ejercicio exigente, que obliga a segundas y terceras re-lecturas. Los resultados son dispares, pero interesantes.
El último proyecto del grupo es la re-interpretación de unos de los libros claves para entender parte del desarrollo de historieta en la Argentina, puesto que definió por al menos los 10 años siguientes la manera de abordar el estudio de la historieta en nuestro país. Nos referimos a La Historieta en el mundo moderno, del semiólogo Oscar Masotta, publicado en 1970. A 45 años de su primera edición, los muchachos de Un faulduo nos entregan La historieta en el (Faulduo) mundo moderno. No podemos decir mucho más, sólo habrá que abrir el libro y experimentar el Faulduomundo, algo que sin duda no es para todos. A modo de anticipo, una de las presentaciones del grupo. La publicación corre, también, por cuenta de Tren en Movimiento, una de las editoriales que mejor entiende cómo editar un libro.
https://vimeo.com/117474782
Ya 100 por ciento en las arenas del fanzine, dos cosas a las que hay que ponerle el ojo, NN Comics y Le chien avec pullover.
NN Comics es el proyecto que Martín Giménez comenzó en 2012 y que cuya primera parte concluyó el año pasado, con la edición de un libro recopilatorio artesanal, encuadernado a mano y de tapa dura, de nombre Pets.
Lo mejor de Pets es, sin dudas, el dibujo. Giménez es un dotado, que sabe usar tanto la técnicas clásicas como las digitales, las que mezcla en cantidades iguales, con un resultado fotográfico y plástico a la vez. A medida que la historia avanza, el dibujo se estiliza un poco, para dar más dinámica y narrativa, algo que se aprecia en la segunda parte de la historia, que lleva por nombre Insolado. La puesta en página es compleja, y sería ideal un formato más grande para que el dibujo se luzca mejor.
Con respecto al guión, Pets se centra en 4 humanos que fueron raptados por extraterrestres y devueltos a la tierra con mutaciones monstruosas, y que tratan de sobrevivir y encontrar un propósito a su existencia. Todo eso, en medio de un futuro distópico, con Tinelli como presidente en una Argentina invadida por marines estadounidenses. Giménez busca establecer su propio universo súper-heroico, anclado en nuestra idiosincrasia e identidad, una tarea no menor. Por momentos, los personajes tienen demasiado proceso interno y tantas palabras vuelven confusas a las historias. Por suerte, el sobrenadante de texto desaparece de a poco a medida que se suceden las aventuras. Como todo fanzine, NN Comics es un proceso en desarrollo, pero tiene las virtudes suficientes para que valga la pena. En especial porque Giménez es un as del dibujo.
Por último, le toca a los amigos de Le chien avec pulover. El fanzine es obra de NN y Jacinto Lárami, dos artistas que se esconden bajo seudónimo. La aventura editorial de los muchachos parece haber llegado a su fin, puesto que después del cuarto número, publicaron dos epílogos dividiendo el nombre del fanzine en Le chien y Avec pulover. Es muy difícil que el público encuentre esta revista en eventos grandes, pero es posible que al menos aparezcan por última vez en el Dibujados de Octubre próximo, con su paño, sus revistas y su mate. Esperamos que así sea y que nos crucemos con ellos una vez más.
Todos los números de Le chien avec pulover son buenos, y la mejor característica que tienen es que se superan número a número. Recomendamos con vehemencia que se hagan dueños de al menos algún ejemplar, en especial del número 4, o de Le Chien, por entero a cargo de NN, donde revisita la Semana trágica, o del Petite N°3, titulado Conclusión, un recopilatorio involuntario sobre la teoría del fanzine que Lárami sostiene y defiende. El último número, Avec pulover, fue confeccionado a priori sólo para dos personas, siendo una de ellas el propio autor. Todo el contenido de Le chien avec pulover está online en su blog.
Así llegamos al fin de esta segunda entrega, prometemos una tercera parte ya en el comienzo de Comicópolis, y una cuarta en el camino hacia Dibujados, tal vez el evento más influyente en el medio de la historieta independiente de Buenos Aires. ¡Hasta la próxima!