Lucía Brutta, historietista, serigrafísta, editora y melómana.
Lucía Brutta es, tal vez, una de las mejores representantes -dentro del campo de la Historieta Argentina- del espíritu del fanzine como expresión contracultural. Dueña de un sentido del humor ácido y absurdo, sus historietas navegan entre la crítica social y la parodia. Editora de infinidad de fanzines, sus últimos trabajos, New Mafalda, Un millón de bandas malas, y sus colaboraciones en Zapping, la ubican en un momento artístico por demás de interesante.
Fecha de nacimiento, edad, y cuándo dibujaste tu primera historia
“Nací en Barranqueras, Chaco, en diciembre del 86. Tengo 30 años, pero todavía no me acostumbro. Mi primera historieta la hice en el 2008, para un fanzine llamado Ameba que editábamos junto con algunos amigos pintores. No sabía nada de nada.”
¿Tenés estudios formales de historieta? Si es así, ¿con quién estudiaste? ¿Cuáles son tus influencias literarias y artísticas a la hora de hacer historietas? En tu trabajo se nota cierta jugueteo con el pensamiento anarcopunk mezclado con un sentido del humor absurdo y, a veces, escatológico. ¿Qué cosas te interesa contar y por qué?
New Mafalda, Marketin’ no cross y Serigrafía para tontos, ejemplos de la producción de Lucía Brutta.
“Fui a clases en la Escuela de Historieta Eugenio Zoppi en Morón, con Cristian Mallea y Ángel Mosquito. Estuve alrededor de un año en el 2010. De historieta me gusta todo lo que llaman Cómic Underground, en un principio Robert Crumb y luego otros ya un poco más jóvenes, como Peter Bagge, Julie Doucet, Charles Burns y casi cualquier autor que pudiera salir en las revistas que editó Crumb, como Zap o Weirdo, y también en otras revistas, como El Víbora.
Todos esos autores hacen humor. Yo intento ser graciosa, pero también me gusta mostrar las miserias humanas, que no necesariamente tienen que ver con lo escatológico. Lo de la influencia anarko punk supongo que es porque voy a ver bandas, pero no es necesariamente ese pensamiento, sino de todas las culturas que se cultivan a partir de los diferentes estilos musicales y que van acompañados por un mensaje. Me gusta la música, la investigo, colecciono vinilos, y es donde me muevo cuando salgo y lo que me acompaña todo el día.”
Ya fue, primer capítulo de Un millón de bandas malas, que fuera publicado en la antología Informe.
¿Cuál fue el primer fanzine del que participaste y cómo se desarrolló tu trayectoria hasta hoy?
Informe Historieta Argentina del Siglo XXI, una antología curada por José Sainz y editada por la Editorial Municipal de Rosario.
“El primero fue uno que editaba con mis amigos a los 15 años, se llamaba Sr. Alelí y hacía las tapas con collage. Hicimos 20 números. Después siguió Ameba, como dije antes, también con amigos. A partir de que empecé a dibujar historietas, hice el zine Caca, donde ponía cualquier cómic que iba haciendo mientras aprendía a dibujar y narrar.
Después, con algunos colegas editamos la revista Qué Hammmmmbre!, donde la idea principal era hacer un fanzine mejor editado con el formato de tira, como los libritos de Mafalda o las revistas de Paturuzú, donde hubiesen historietas anecdóticas. Además hicimos muchos otros fanzines sin sentido con nombres como Xilocacaína, Contra la pared, Descontrol, Me cago en Dios, Juancito y el lobo, Ideas Alienígenas, El travesti Julieta, La monoteta. Ahora, tengo Zapping, donde solo somos 4 historietistas. En el 2015, participé del libro Informe Historieta Argentina del siglo XXI, con el primer capítulo de Un Millón de Bandas Malas, llamado Ya fue, y colaboro hace unos años con el fanzine La Ponzoña, que es editado por Pablo Horacio Garibaldi -(a) Pablo Ponzoña-, donde publica sus increíbles collages que por lo general incluyen muchas calaveras y parodias sangrientas de publicidades.”
Rock Estar, segundo capítulo de Un millón de bandas malas, a la espera de recompilarse en libro.
Vos fuiste una de las organizadoras del ciclo Venga a Dibujar, que en su momento congregó a una cantidad importante de artistas y tuvo relevancia en el ambiente de la historieta ¿Cómo nació el ciclo, en qué consistían y cuánto duró? ¿Cómo eran esas tertulias? Un fanzine muy relacionado con el ciclo fue Qué Hammmbre!, ¿se generaron además otro fanzines a partir del Venga a Dibujar?, ¿cuáles?
Algunos de los afichas con que se promocionaba el ciclo Venga a Dibujar.
“Siempre pensé que se aprende más de los colegas que de los profesores, entonces se me ocurrió juntarme una vez por semana con gente que hace lo mismo para obligarme a dibujar con periodicidad. La convocatoria era abierta, podía ir quien quisiera, primero lo hicimos con 2 amigos en mi departamento diminuto, y luego nos mudamos a un centro cultural llamado La Vecindad donde podíamos alojar a toda la gente interesada. Hacíamos fanzines de historieta -tipo cadáver exquisito-, que después fotocopiábamos. Más adelante llegamos a sacar Qué Hammmmbre!, donde éramos como 10 dibujantes como Nana Cuevas Otonelli, Lucía Borjas, Martín Lietti, Juan Pablo Valdecantos, Germán Cufré, Sylvia Gómez, Razz, Juan Panno, entre otros”
Uno de tus fanzines más conocidos fue Caca, que tuvo al menos 7 números, más varios suplementos. ¿Cómo surge el fanzine y por qué la elección de un nombre escatológico? En algún momento llegaste a incluir juguetes que se regalaban con los fanzines, algo que continuás haciendo hasta el día de hoy, ¿de dónde surgió la idea?
“Caca es mi proceso de aprender a dibujar historietas, así fue que nació. Compilaba todo lo que hacía en el fanzine, de hecho el slogan es ‘Historietas en proceso’. El nombre no tiene muchas vueltas, fue una decisión casi inconsciente, no tiene una explicación profunda. Lo de los juguetes se lo robé a una amiga con la que feriaba en la FLIA, Antonella Adreoletti, ella le ponía papel picado a los pines y cosas que vendía, se las ingeniaba mucho con el ‘packaging’. Aprendí mucho de ella también. Ahora estaba poniendo mi colección de fotos carnet de personas desconocidas que me encuentro, pero ya se me terminaron 😦 .”
Los siete números del fanzine Caca y el Suplemento Garca.
Zapping, editado con tapas alternativas, jugando con los colores de las tintas usadas.
Junto a Razz, Lietti y Valdecantos formaste el Estudio Mafia. Con ellos editás Zapping, tal vez el mejor fanzine de estos tiempos, con tapas serigrafiadas y los interiores a dos colores, trabajados con una máquina Riso. ¿Cuándo formaron el grupo? ¿Cómo hacen el fanzine, qué aporta cada uno? ¿Cómo lo pueden conseguir los lectores?
“Razz, Juan y Martín son amigos que conocí en el Venga a Dibujar, nos mudamos juntos y editamos fanzines de historieta. Lo de la serigrafía es cosa mía, tengo el taller en la terraza de la casa donde vivimos, doy clases y hago trabajos a pedido. La tapa impresa en serigrafía es mi aporte a Zapping, además de las historietas. Muchas gracias por eso del ‘mejor fanzine de estos tiempos’, le pusimos mucha garra y la idea es que vaya mejorando.
Formamos el grupo cuando nos mudamos juntos en el 2014. Martín trajo la máquina Riso a casa y juntos compramos insumos para dibujar e imprimir. Tenemos la incorporación reciente de Daniela Magnelli y Federico Di Pila al grupo, además de una nueva máquina. Estamos en un proyecto ambicioso de sacar Capisci, que ya no es un fanzine sino un libro. ¡Estén atentos a las novedades!
Realiti, de Lucía Brutta, editado por Ernán Ciriani dentro de la colección Burlesquitas.
Zapping se lee en los dos sentidos, en el último número, un lado es de los 90’s y el otro de los 60’s. Aportamos ocho páginas cada uno. Lo imprimimos en la Riso, donde pasamos cada hoja dos veces por la impresora para hacer un color por vez, es muy artesanal. Las tapas y las retiraciones están impresas en serigrafía a dos colores, por lo que tiene un total de cuatro estampas. Se consigue en algunas comiquerías -como Punc, Espacio Moebius y Rayo Rojo, entre otras- y también lo llevamos a ferias. Pueden chequear la información en nuestra página de Facebook.”
Por último, ¿cómo ves el panorama actual de la historieta y el fanzine? Y también, ¿cuáles son tus planes para este 2017 en este terreno?
“La verdad es que no tengo mucha idea del panorama. En la última reunión de Mafia me enteré de varias ferias este año de las cuales vamos a participar. Mi plan para el 2017 es sacar un libro, se va a llamar Un Millón de Bandas Malas, tiene 6 capítulos autoconclusivos. Espero poder sacarlo lo antes posible. Igual pueden ir leyendo casi todos los capítulos en tumblr”